Superando los temores: una oda al miedo

Si algo es cierto, es que todos somos seres llenos de miedos. Nuestras inseguridades hacen que seamos vulnerables, y superarlas es el deseo de todas las personas que conozco. Odiamos luchar contra nuestros miedos, y es por eso que personajes como Scarlett Johansson o Brad Pitt son tan admirados y codiciados. Morimos por tener su seguridad cuando más la necesitamos. Y lo cierto es que es totalmente normal tener miedo, ya que desde muy pequeños nos enseñan a creer en esa idea y el mundo acepta fácilmente la frase «no puedo, no puedo, no puedo». Nos rendimos ante este hecho, porque si crees que no puedes, entonces tienes razón. Pero déjame decirte que puedes rebelarte contra este hecho y no solo puedes, sino que debes hacerlo. El problema es que debes entender qué hay detrás de estas sensaciones, qué se esconde detrás de estos pensamientos. Te adelanto que muy pocas personas están preparadas para escuchar e interiorizar todo esto; por eso, solo el 1% tiene éxito y el resto se dedica a criticar y a poner obstáculos en el camino hacia el éxito. Pero si estás aquí, te felicito y te doy la bienvenida. Es un placer para mí compartir contigo este conocimiento. Entenderlo cambió mi forma de pensar y aplicarlo cambió mi vida. Por eso, no quiero que solo lo comprendas, sino que lo apliques; aunque duela. Sin más introducción, te doy la bienvenida a mi visión personal sobre el miedo.

La proyección y la realización personal

Normalmente, tratamos de proyectar cada día de nuestra vida en un futuro incierto. Buscamos consuelo en ello y nos aferramos a esos puntos de dolor para no enfrentarnos a nuestra realidad. Decimos cosas como «suspenderé porque trabajo y no tengo tiempo, pero cuando tenga más tiempo libre, seré el mejor de la clase». O «no he intentado eso todavía, porque no me lo estoy tomando en serio. Cuando lo haga, verás la envidia de todos». Tenemos excusas y justificaciones para no actuar en el presente y aplazamos nuestra realización personal. Pero quiero que entiendas algo, este camino que estás recorriendo en tu oposición es un reflejo del resto de áreas de tu vida, ya sea amorosa, financiera, deportiva, etc. Entonces, ¿no te suena a eso de «ahora no, pero en cuanto me toque la lotería…»? Tienes que ser consciente de algo: todo el mundo admira los grandes resultados que consiguen las personas, pero muy pocas estarían dispuestas a recorrer el mismo camino para llegar a ser quienes realmente quieren ser. Todo el mundo querría tener los abdominales de Cristiano Ronaldo, pero cuando se revela lo que estas personas han hecho para conseguir esos resultados, son tildados de locos. En lugar de admirar a aquellos que tienen grandes resultados en tu misma oposición, preferimos llamarlos «empollones». Deja de hacer esto. La única razón que justifica estas actitudes es tu miedo al cambio. El dolor que sientes al aceptar que no quieres seguir viviendo en esta situación, en la que siempre obtienes malos resultados, es infinitamente superior al placer que obtienes al fingir que estás a gusto con lo que tienes y decir que siempre ha sido así. Por eso sigues ahí, sin cambios, en un viaje en el que el tren apenas avanza, y en el que prefieres maldecir la suerte de los demás en lugar de esforzarte por mejorar cada aspecto de tu vida. Deja de proyectar hacia afuera y comienza a construirte por dentro. Deja de decir «¡qué suerte!» y empieza a preguntarte «¿cómo lo hace?».

El miedo a fallar

En algunos casos, puede que la vida te haya golpeado como una avalancha y te encuentres en medio de una habitación oscura. Cada vez que intentas encontrar una salida, te golpeas y esos golpes duelen. Te sientes como ese elefante que está atado a un árbol desde que era un bebé y aunque tiene la fuerza para romper las cadenas, ha aprendido que está atrapado y no intenta escaparse. Tú eres ese elefante, y te recomiendo que encuentres un maestro que te sirva como guía y te brinde luz en tu oscuridad. No tiene por qué ser yo, debes buscar a alguien que esté alineado contigo y que tenga la vibración que tú quisieras tener para ti. Una vez encuentres a ese maestro, deja de buscar y apóyate en él.

Otra cosa que me llama mucho la atención es lo poco que amamos a quien verdaderamente es nuestro maestro. Recuerdo tener estos pensamientos desde muy pequeño, cuando siempre suspendía. Aunque mis notas no fueran suficientes, siempre solía hacer buenos exámenes de recuperación. Esto hacía que pudiera controlar más lo que estudiaba. No quiero que me malinterpretes, no te estoy diciendo que suspendas a propósito o que hagas exámenes a lo loco. Pero quiero que pienses en algo. ¿Cuándo fue la última vez que fallaste de forma repetida en algo que estabas haciendo? ¿Cuándo fue la última vez que te caíste y antes de que tocaras el suelo, ya estabas pensando en volver a levantarte? Tu cerebro no hace diferencia entre disciplinas. Tu oposición no es más que un reflejo del resto de áreas de tu vida. Si sigues en la misma línea, no será solo la oposición, sino también cualquier oportunidad de éxito que se te presente, la que pasará de largo porque tendrás miedo a no decir lo correcto, cuando sientas que una conversación necesita tu punto de vista y tu forma de ver la vida. Te quedarás callado por miedo a no hacerlo perfecto o a lo que dirán. Olvídate de eso. Falla más a menudo. Si es necesario suspender o cometer un error, que sea por pasarte, no por quedarte corto en tu objetivo. Falla más y comete errores. Y si te tachan de loco, piensa que ninguna gran mente ha existido sin un toque de locura. Pero interiorizar esto no es suficiente, si realmente quieres liberarte y acceder a tu máximo potencial, fallar no será suficiente; tendrás que estar dispuesto a fallar a lo grande.

El miedo al éxito

Uno de mis miedos más paralizantes era el miedo a morir. Pensar en todo lo que me perdería si mi vida se terminase, me aterraba. Sin embargo, solo cuando acepté que estaba dispuesto a morir por lo que estaba haciendo, me liberé. Mi vida se encuentra en estas palabras y estaría dispuesto a morir por ellas. Por eso es necesario que conectes con lo más profundo de tu ser en este punto. Y notarás esa conexión contigo mismo, porque algo dentro de ti se moverá, como me está pasando a mí ahora mismo. Aquí no hay espacio para las excusas, porque son ellas las que te separan de tu máximo potencial. No digas que no estudias porque tienes que hacer otras cosas, o que no puedes ir a clase porque tienes que ocuparte de otra tarea. Antes de todo este proyecto, antes de que todo fuera tan conocido, yo tenía una página web y un espacio donde compartía contenido. Pero nunca arrancaba. La gente me preguntaba por qué no tenía éxito, y siempre decía lo mismo: «es que trabajo en Alemania y estoy ocupado con dos cosas a la vez». Era la excusa más fácil de la historia, pero lo que realmente se escondía detrás era que tenía miedo a fallar. Fue solo cuando me di cuenta de esto que lo dejé todo y pensé que si tenía que fallar, al menos debía hacerlo a lo grande, después de haberlo intentado todo y con la cabeza bien alta. Y aquí estoy. He querido dejar este miedo para el final, porque es uno de los más curiosos a los que me he enfrentado en mi vida. Puede que tú también hayas sentido su aliento en la nuca. Y también es cierto que para conocerlo es necesario haber superado todos los miedos que hemos visto hasta ahora. Se trata del miedo a ganar, el miedo a tener éxito.

Una vez más, todo tiene origen en nuestra infancia. Ahí es donde se programa nuestro subconsciente. Cada palabra, gesto y suspiro que escuchamos son registrados por nuestro cerebro y establecen la creencia de que, efectivamente, nunca lo conseguiremos, por muy cerca que estemos de lograrlo. Parece que no nos lo creemos. Desde que nacemos, nos bombardean con mensajes conformistas. Todo tipo de gestos, miradas y comentarios sutiles nos hacen creer que no podemos. Y si conseguimos algo extraordinario, se habla más de suerte que de nuestro trabajo. Parece que está mal visto hablar de nuestros grandes resultados. No estoy hablando de presumir, sino de dejar de pedir permiso por ser una persona extraordinaria. Y si a alguien le molesta, mándalos al carajo. No permitas que te afecte más. Cree en tu valía y comienza a ver tu éxito como algo normal, como algo habitual en tu vida. Si nadie se sorprende por la salida del sol cada mañana, deja de sorprenderte tú cada vez que logres algo extraordinario.

Resumen

Miedos Reflexiones
Miedo a las inseguridades – Superarlas es el anhelo de todas las personas.
– Es normal tener miedo, pero no debemos rendirnos ante él.
– Comprender qué se esconde detrás del miedo es fundamental.
Miedo a fallar – Debemos dejar de temer al fracaso y fallar más a menudo.
– El miedo a cometer errores nos impide alcanzar nuestro máximo potencial.
– Estar dispuestos a fallar a lo grande es clave para el éxito.
Miedo al éxito – El miedo a tener éxito tiene su origen en nuestra infancia.
– Debemos dejar de pedir permiso por ser personas extraordinarias.
– Debemos creer en nuestra valía y ver el éxito como algo normal en nuestra vida.

Preguntas frecuentes

1. ¿Es normal tener miedo?

Sí, es totalmente normal tener miedo. Forma parte de nuestra naturaleza como seres humanos.

2. ¿Cómo puedo superar mis miedos?

Comprender qué se esconde detrás de tus miedos es un buen primer paso. Luego, trabaja en ello y enfócate en tus fortalezas.

3. ¿Qué debo hacer si tengo miedo a fallar?

Debes estar dispuesto a fallar y aprender de tus errores. No te preocupes por lo que piensen los demás y mantén la cabeza en alto.

4. ¿Cómo puedo superar el miedo al éxito?

Deja de pedir permiso y cree en tu valía. El éxito es parte de tu vida, así que acéptalo y no permitas que te sorprenda cada vez que lo logres.

Espero que este artículo te haya sido útil. Recuerda aplicar estos consejos y no permitas que el miedo te paralice. Te invito a que sigas leyendo artículos relacionados en mi blog para seguir creciendo y superando tus miedos. ¡Hasta la próxima!